Valencia Cerrajeros

Historia de la cerrajeria

La historia de los cerrajeros va unida irremediablemente a la invención de las cerraduras y de sus correspondientes llaves. Existe una discusión histórica sobre si fue en China o en Egipto donde se fabricaron las primeras cerraduras y las primeras llaves. La fecha aproximada se remonta hasta hace 4.000 años.

En la Casa Museo Pazo da Cruz aún se mantiene la evidencia más antigua del candado, en la colección encontrada en la Mesopotamia, exactamente en la ciudad de Nínive.

Las primeras llaves fueron talladas en madera. Hasta el siglo X fue habitual encontrar llaves y cerraduras de madera en casas, bodegas, cabañas…. Aunque ya hubiera cerraduras de forja, éstas estaban reservadas para las personas adineradas. Fue la Grecia Clásica quien popularizó el uso de las cerraduras como mecanismo de apertura, sin importar las clases sociales.

En el s.VI a.C. Teodoro de Samos se le atribuyó numerosos inventos, entre ellos el de la llave. Se dice que fue quien desarrolló la técnica de la fundición.

Las llaves se han ido perfeccionando y adaptando a las necesidades de seguridad de las personas a lo largo del tiempo.

En el s.VIII a.C. las llaves de madera alcanzaban casi metro y medio. Lo corrobora el hallazgo al norte de Irak en las ruinas del palacio de Sargón II de Asiria en Jorsabad. Estas llaves de enormes dimensiones impensables en la actualidad, se asemejaban a un cepillo de dientes, pues en un extremo contaban con varios pernos. Este tipo de mecanismo se empleaba en Babilonia, en China y en Egipto y se expandió su uso tanto que se han encontrado llaves vikingas de este tipo.

En las ruinas de la ciudad amurallada de Nínive se han descubierto multitud de instrumentos. Se encontraron cerrojos de madera, prototipo de los modernos cerrojos de cilindro. El mecanismo consiste en bloquear la puerta gracias a un pasador de madera que se acciona por medio de pitones movibles. Se introducía la llave bajo el pasador y los pistones entraban en los espacios internos de la cerradura, que retrocedía en la caja  y abría las puertas en la Antigüedad.

Existen multitud de datos históricos que nos demuestran que las primeras llaves ser remontan a tiempos inmemoriables. Ya en la tumba de Luxor, se descubrió una cerradura representada en los frescos. También en la el Antiguo Testamento en la Biblia se menciona la existencia de cerrojos.

En Roma, se realizaron los primeros candados. Los romanos en su expansión por todo el mundo se encargaron de hacer llegar a lugares tan recónditos como Escandinavia este dispositivo de seguridad que ha llegado hasta nuestros días (candados digitales). Fueron los romanos quienes inventaron un sistema de seguridad para los cierres que incluía la vuelta de llave. Se especializaron en llaves metálicas y de bronce, llegando a crear llaves de miniatura capaces de cerrar minúsculas cajas utilizadas para guardar pócimas y secretos. Sin embargo, es muy difícil llegar a ver cerraduras completas en los museos de prehistoria. En las ruinas de Pompeya se encontraron pequeñas cerraduras. La cerradura romana se accionaba mediante el deslizamiento de la llave, donde el pestillo se bloqueaba cuando salía del muelle, liberando de esta forma la llave que atravesaba la cerradura y conseguía levantar dicho muelle, arrastrando el pestillo al desplazarse.

Durante la Edad Media el diseño de los cerrojos estuvo a cargo de los artesanos herreros, quienes elaboraron cerraduras con detalles minuciosos, relieves y perforaciones ornamentales.

Los cerrojos de pestillo son evolucionaron mucho desde su aparición hasta que a finales del siglo XVIII, principios del siglo XIX, se perfeccionó el sistema con clavija o con palanca.

Así pues,  no fue hasta 1860 que no surgió la necesidad de crear una llave perfecta. Ya no era suficiente los mecanismos existentes pues eran claramente mejorables. Linius Yale crea el cilindro de pitones inspirado en las primeras cerraduras egipcias. De este modo, los cambios introducidos en el diseño aportan mayor protección y seguridad llegando a ser cerraduras inviolables.

Sin embargo, nada comparable a la evolución experimentada en el siglo XX : mecanismos sofisticados, mejora de materiales, producción en serie… Todo indica que las cerraduras electrónicas apoyadas con software podrías ser las nuevas cerraduras inviolables. Los programas informáticos permiten la codificación y el uso de claves personalizadas, contraseñas o passwords. Son las nuevas llaves, las que nos procuran resguardar objetos de valor con un alto grado de seguridad.

Las llaves tienen toda una simbología detrás. Representan poder, el acceso a espacios reservados: despachos, compartimentos donde se conservan documentos importantes o dinero… Son símbolo de una posición social. Pongamos por ejemplo la entrega de llaves de una casa nueva. Las llaves representan privacidad y también responsabilidad. En definitiva, las llaves son objetos de valor. De ahí que se continúe trabajando en su perfeccionamiento. La oferta del mercado actual en el sector cerrajero es amplísima: permite conseguir protección con diferentes niveles de seguridad. El avance de la tecnología digital alcanza a las cerraduras de manera que se consigue la máxima eficiencia en el sistema de cierre y de apertura. Las antiguas cerraduras y cerrojos dan paso a las nuevas cerraduras electrónicas y biométricas. Y lo que nos deparará el futuro: las llaves están siendo sustituidas por tarjetas, el acceso a la apertura y cierre de puertas, ventanas y persianas es programable y controlado por un mando a distancia o por el móvil o la tablet. Las viviendas inteligentes cuentan con sistemas de alta seguridad: puertas de garaje, persianas automáticas, puertas blindadas y acorazadas convierten las casas o los negocios en fortalezas. Todo es posible con la tecnología digital. Existen programas informáticos especialmente diseñados para controlar la seguridad. La oferta cerrajera va cambiando y ampliándose, obligando al cerrajero a convertirse en un especialista en la materia. La entrada de intrusos se verá limitada por la actuación del cerrajero profesional. Las antiguas formas de acceder a una vivienda se van quedando obsoletas, las antiguas cerraduras que no disponían de una mínima seguridad van cayendo en desuso. La apertura de una puerta sin llave es cada vez más complicada, lo que requiere unos conocimientos específicos y unas herramientas precisas.

 

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